HIJ@S PRÒDIG@S
- luisosomunar
- 18 ene 2023
- 4 Min. de lectura
Me llevè, como me sugirió el libro “El regreso del hijo pródigo” de Henri J.M. Noumen. El autor tiene como un símbolo en su vida, su visita al Hermitage a ver el original del cuadro pintado por Rembrandt. El autor hace un relato del cuadro, un relato espiritual, moral, a la luz del evangelio de 154 páginas, ¡maravilloso!
A mí, como últimamente me fue guiando “a salto de página” la providencia y voy a plasmar a continuación una serie de cosas que quizá nuestros amigos: ateos, agnósticos, nihilistas no sepan, es posible que ni siquiera se les haya comentado, pero en mi modesta opinión son muy reveladoras. Nunca tengo mérito cuando publico estos apuntes, pero menos hoy que son del autor del libro.
Los protagonistas son: un cuadro del S.XVII y su autor (antes del cuadro un auténtico diablo), una parábola y su autor y el escritor del libro que se define como hombre del siglo XX en busca del significado de la vida. El indica que, a través del análisis, de la comprensión del cuadro, experimentò un regreso al hogar de una forma, hasta entonces desconocida. Quizá estos antiteistas lo son porque buscan su lugar o aquellos seres cercanos que experimentan la tristeza y el dolor. El libro fue un muy buen aporte para los talleres de acompañamiento.

Aquí viene algo que me gusta y así titulamos el articulo de ayer. Hay que ser de una vez consciente del larguísimo tiempo que hemos pasado como espectadores, “viendo la vida pasar”, quizá o seguro que nos daba miedo dejar lo que de alguna forma era la postura segura del "espectador crítico”, nos parece como un salto a territorio desconocido. Debemos pasar de juez, a pecador arrepentido, aunque sea difícil este viaje. ¡Que bien se ven las cosas desde fuera!, no lo neguéis, yo no seré el primero en negarlo. Un cura me dijo un día, “la fe es un salto al vacío”. Hasta hace poco, y han pasado lustros no lo entendí. A veces pienso que estoy haciendo el ridículo, que es una locura, una tontería. Cierto es que SENTÌ el llamado, y no le puse condición alguna al Señor, tan solo le pedí que me dejara, si era su voluntad, cumplir mi único sueño, retornar a mi isla.
En el “hijo prodigo”, tal y como lo analiza el autor, ESTÀ TODO EL EVANGELIO, esa escena recoge a Dios y eso es lo que creo que trata de transmitir, para que a su vez lo hagamos con nuestros “hermanos” equivocados, dispersos, rebeldes…etc. Además contiene la única respuesta posible ante un argumento muy típico de los antiteistas:”¿Por qué si Dios existe y es omnipotente…..permite el mal?. Ya llegaremos a eso poco a poco.
El hijo menor que reclama la herencia, MATA A SU PADRE, eso significaba en la sociedad judía del tiempo de Jesús (igual que; vaya esto para los que dudan de la resurrección; cuando un judío del siglo I hablaba de cuerpo, se refería en su integridad: carne+espíritu). Aún en algunos pueblos: desde Marruecos hasta la India y desde Turquía al Sudan, representa matar al padre en vida. Era como desear que su padre muriera, supone rechazar el hogar en el que naciste y fuiste alimentado. Queridos antiteistas, el amor del mundo es y será siempre condicional. El amor de Dios es REAL y COHERENTE, creo que muy a su pesar, pues le gustaría tenernos a todos bajo sus alas, pero nos dio una cosa que se llama LIBERTAD (Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. RAE) CON TODAS SUS CONSECUENCIAS. De forma, estimados antiteistas que somos amados de tal forma que somos libres para dejar el hogar, y aun así el Padre continua y continuarà esperándonos con los brazos abiertos, a pesar de mi RECHAZO. Sigo siendo su hijo, jamás perderé esa condición, em dejaré llevar por las voces del mundo (es lo que tenemos que impedir) aunque el hecho de ser amado por Él es independiente de cualquier mérito o hazaña.
El mismo Jesús, en otro sentido, se hizo “hijo pródigo”, abandonó la casa del Padre (sin pedir la herencia 😊), se fue a un país lejano, lo trataron como al muchacho de la parábola, y volvió con su cruz a casa del padre, no como hijo rebelde sino obediente.
No quiero extenderme demasiado, pues el libro da para mucho, seamos hijos obedientes, luchemos por el Reino. Además de rebatirles en su terreno, les mostraremos que Dios va a salir a buscarnos, y que (¡¡ojo ateos!!) AUNQUE QUIERE CURARNOS A TODOS DE NUESTRA OSCURIDAD, SOMOS LIBRES PARA PERMANECER EN LA OSCURIDAD O CAMINAR HACIA LA LUZ DE SU AMOR. Su amor no depende de nuestro arrepentimiento o de nuestros cambios. No hace comparaciones, ni comentarios, a todos nos ama igual. Que nuestro resentimiento no nos domine, ni nos diga que se nos da lo que no merecemos El anciano del cuadro (Dios), casi ciego, reconoce a su hijo, no con los ojos del cuerpo, sino con los del corazón. ¡Cuánto le hubiera gustado ayudarnos, evitar caídas, desgracias… (¡¡ojo ateos!!), pero su amor es demasiado grande para hacer nada de esto, no puede forzar, obligar, empujar. Se estaría contradiciendo y estaría perdiendo su coherencia, ¡por mucho que nos pese!
Tener claro católicos, protestantes, budistas, hinduistas, ateos, agnósticos…que, en este mundo tan repleto de estadísticas, categorías y grados, Dios no hace comparaciones jamás.
Aprovecho para pedir oraciòn por dos buenos amigos que van a ser sometidos a intervenciones quirùrgica, uno de ellos mañana, y el otro el dia 1 de febrero. ¡ Gracias!
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