El Reino es Alegria II.

Hoy como siempre, fui a la capilla de Adoración perpetua y pasé allí mi ratito, primero agradeciendo, después pidiendo perdón y tras adorar y meditar, abrì el Evangelio como todos los días. Y siempre me habla, pero hoy noté algo raro. No tenía ganas de escribir porque solo pensaba en lo que Él mismo me mostro de su ALEGRIA si con mayúsculas, contagiosa y me inspirò esta escena que os acompaño de la última cena observar cómo en aquellos momentos tan dramáticos tampoco la sonrisa abandona su rostro.

“…Porque, vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: «Está endemoniado.» Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: «Es un glotón y borracho, amigo de publicanos y de pecadores»..”(Mt 11-18) (Jn 7-33).

Se les olvidò decir que baila, ríe, canta…supersimpàtico, pero coherente, cuando la cosa era seria, serio estaba, sin perder ese rictus que os comento del pequeño video. Él me lo enseñò. Y hay motivos para no estar siempre alegre, todos tenemos nuestras pequeñas o grandes tragedias y somos más humanos que Èl desafortunadamente, pero debemos procurar que esa sonrisa; no tan bonita; presida nuestros días. Además de evitar que SU SONRISA SE ATENUE POR LA PÈRDIDA DE ALMAS.

A través de los cursos de angelología y demonología me contaron las dos cosas que más enfadaban “al patas”. El Padre Pio, ¿sabéis porqué? Porque le arrebató muchos jóvenes. Y la Santísima Virgen María, ¿porqué?. Porque es la mas humilde, la mas dulce, paciente…y además es humana.

Creo que ayer escribì algo sobre este ser maligno y alguna otra cosa (argumentos de los antiteistas) y me alegra que no haya preguntas porque eso indica que lo tenemos todo dominado. ¡Vamos a dejar al Santo Padre Pio en lo último de la fila con la de jóvenes que le vamos a quitar de sus garras ¡. Si, ya recuerdo lo que os comentaba, si sabíais porque no hay lo que se conoce como acciones extraordinarias del demonio, pero para que contestarlo. Me alegra lo sepaìs, pues estaréis y pondréis en alerta a los demás.

Uff, perdón. Menos mal que no me apetecía escribir.