top of page
Buscar

….DE LA AMISTAD



A menudo me quejè de falta de correspondencia, de un simple “gracias”, de un preocuparse por uno, como uno trata de ocuparse de los demás, y encontrar indiferencia en personas que considerabas amigos (que me perdonen los de los “géneros”, pero de toda la vida ha incluido los dos sexos;…¡perdón!, olvidé que ahora hay 50.000 orientaciones sexuales) y Dios mismo en directo o a través de ángeles que coloca en tu vida te va demostrando que como Èl hecho hombre, la amistad sería la máxima expresión del amor, y el amor es igual a entrega. A menudo lo sentí cuando volví de mi servicio a los demás en Siria y encontré lo que encontré. Era soberbia, en el momento consentí me abordara el mal carácter, iba deshaciendo todo el bien que mi corazón tratò de hacer por los demás, incluso por enemigos, aunque ciertamente pensè en el mundo sin distinción cuando decidí decir sí a la propuesta de la inteligencia española que me metería en aquel embrollo, del cual deseo ya olvidarme, y doy fe de que lucho por ello, avanzando poco a poco.

Cómo decía el Señor te va guiando, lo pasas mal, muy mal, pero al final, como dicen Dios saca de todo un bien: traiciones, abandonos, indiferencia…,crees que todo se acaba, pero Dios te “pone vida” alrededor y te das cuenta, de que todo mereció la pena, de que fue todo un “spiritual training”. ¡Gracias Señor!, te encontré a TÌ, de verdad y abandoné la “fe del carbonero”, y pusiste lo mas maravilloso en mi vida, ¡aprendí!.

Nadie tiene mayor amor que este, el que da la vida por sus amigos. (Juan 15:13-15). Fue siempre mi “leit motiv” y no lo había entendido, ¡que duro es el corazón a veces!

Me voy a basar, más bien voy a recoger parte de un artículo de (catolic.net, P. Antonio Rivero, L.C ) que encontré “por causalidad”, que no por casualidad y no tiene desperdicio. Haré algún pequeño apunte.

Jesús es el puro ejemplo de un verdadero amigo. “Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:7-8)


" El amigo ama en cualquier ocasión, y un hermano nace para compartir la adversidad" (Proverbios 17:17)

Como recoge el Padre Rivero, el mundo en que vivimos está menesteroso de amistad. Hemos avanzado tanto en tantas cosas, vivimos tan deprisa y tan ocupados, que, al fin, nos olvidamos de lo más importante. El ruido y la velocidad del mundo se están comiendo el diálogo entre los humanos y cada vez tenemos más conocidos y menos amigos ……El filósofo griego Sócrates aseguraba que prefería un amigo a todos los tesoros del rey Darío (para los que niegan la nexistencia de Cristo, dejo aquí una pildorita: del referido filósofo se admite su existencia por su discípulo Platón, cuya palabra debe tener para ellos más validez que la de cientos). Horacio decía que , un amigo era la mitad de su alma. Ortega y Gasset escribía que una amistad delicadamente cincelada, cuidada como se cuida una obra de arte, es la cima del universo, filosofo agnóstico, que no antiteista.

La AMISTAD, y por ello lo escribo con mayúsculas, es algo difícil, raro y delicado. Difícil, porque no es una moneda que se encuentra por la calle y hay que buscarla tan apasionadamente como un tesoro. Rara porque no abunda: se pueden tener muchos compañeros, abundantes camaradas, pero nunca pueden ser muchos los amigos. Y delicada porque precisa de determinados ambientes para nacer, especiales cuidados para ser cultivada, minuciosas atenciones para que crezca y nunca se degrade

Aristóteles definía la amistad como querer y procurar el bien del amigo por el amigo mismo, es decir, en la amistad el uno y el otro dan lo que tienen, lo que hacen y, sobre todo, lo que son. Esto supone la renuncia a dos egoísmos y la suma de dos generosidades. Supone, además, un doble respeto a la libertad del otro. La amistad verdadera consiste en dejar que el amigo sea lo que él es y quiere ser, ayudándole delicadamente a que sea lo que debe ser.

Incluye el P. Antonio Rivero a mi admirado P. Martin Descalzo que señaló en su obra “Razones para el amor” que seis pilares sostienen la verdadera amistad, respeto, franqueza, generosidad, Imaginación, apertura, aceptación.

Nuestro Señor, tuvo amigos en todas las clases sociales y en todas las profesiones. Desde personas de gran prestigio social, como Nicodemo o José de Arimatea, hasta mendigos, como Bartimeo. Incluso tuvo una especial amistad con tres de sus discípulos, ni más, ni menos, “especial”, dejaría de ser Dios si fuera distinta: Pedro, Santiago y Juan, y en esta amistad descubrimos que busca la compañía para compartir momentos especiales, sean felices, como en la transfiguración, o tristes, como en Getsemaní, donde se ve solo porque los amigos sucumben, le fallan. Pero Èl es Dios y no pasaron a ser conocidos, se entregó por ellos también. Ciertamente, continua el P. Rivero, refiriéndose a San Ambrosio, que consuela mucho en esta vida tener un amigo a quien abrir el corazón, desvelar la propia intimidad y manifestar las penas del alma; alivia mucho tener un amigo fiel que se alegre contigo en la prosperidad, comparta tu dolor en la adversidad y te sostenga en los momentos difíciles" (San Ambrosio, Sobre los oficios de los ministros, 3, 134).

Aunque le llegarían al alma los desprecios, las indiferencias, las calumnias de quienes no le amaban, de quienes no le conocían, de los que no le dieron una oportunidad, su AMISTAD fue nuestro ejemplo, un amor de entrega, de sacrificio, de fidelidad.

Fue un amor hecho obras. Obras son amores y no buenas razones. A mi me gusta decir, “que el movimiento se demuestra andando”.

¿Cómo nos enseña el Señor la búsqueda de la amistad verdadera?, y por tanto ¿Qué condiciones nos pone para ser sus amigos?. Amigos humildes, pacíficos, de alma pura y libre de ataduras sensuales. Sólo a éstos acercará Jesús a su divino corazón.

 
 
 

留言


bottom of page